El nuevo movimiento “Numen” que aúna metafísica, creación y mística, ha sido propugnado por el pintor Antonio Camaró y la poeta Izara Batres con el objeto de recuperar la esencia de la poesía y el arte, su verdadero lenguaje, su capacidad para llegar al fondo de las cosas y de participar de todas las esencias, a modo de “incendio” y no de “fórmula”.
Ambos artistas defienden, frente al vacío y la dilución, la esencia del arte y del hombre y a los que creen en ella. La pretensión es que todos aquellos que persisten en mantener una mirada y actitud poética ante la vida y ante el arte, ya sean escritores, músicos, actores, pintores, etc., se sientan representados.
Antonio Camaró, pintor simbolista a quien la UNESCO ha bautizado como “pintor de la concordia”, apuesta por “la libertad, fraternidad y el diálogo entre pueblos y distintas creencias”. El pintor defiende la ética y el pensamiento insumiso, en los que se basa su obra “L’Homme Postmoderne” que “censura al hombre vacío de ideales y la falta de ética y solidaridad en la sociedad actual”. El arte debe ser, para Camaró, “un alegato contra el horror”.
Izara Batres, poeta y escritora, ganadora de varios premios internacionales de poesía (como el Fernando Rielo, el Clemente Rebora o el Premio de Excellentia Cita di Galateo), opina que “la poesía tiene que transfigurar, no se puede quedar en la superficie de las cosas”, y es necesario “respetar el lenguaje poético que forma parte de la esencia” de la creación lírica.
Con la creación del colectivo cultural Numen, Camaró y Batres pretenden “llevar la imaginación al poder, la poesía a la vida, explorar el diálogo, reivindicar los derechos humanos, las confluencias entre culturas, el valor de la educación, el papel de los artistas y creadores, la libertad para ser diferentes, la belleza que la humanidad ha sido capaz de crear desde su libre albedrío, y la búsqueda del sentido”.
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