La nueva obra de Camaró, “La Resistencia Mental”, está dedicada a la memoria de su abuelo Antonio Camaró Chesa, pintor que combatió y padeció la opresión del franquismo y nazismo por su vínculo con la Alianza de Intelectuales Antifascistas.
La pintura de Antonio Camaró y su compromiso por la democracia, la libertad y la defensa de los valores humanos siguen patentes en su obra. Tras el Homo Ethicus y “Jamás”, cuadró que condena el exterminio nazi que padecieron más de 7.000 españoles en el campo de concentración de Mathausen y que volverá a ser repuesta por el Gobierno español el próximo mes de mayo, Antonio Camaró está embarcado en su nueva obra: “La Resistencia Mental”, dedicada a la memoria de su abuelo: Antonio Camaró Chesa (1910 -2004). “Ejemplo vivo de lo que supone mantener el espíritu de la resistencia mental, por su vitalidad creativa y su ánimo por vivir, pese a estar exiliado y recluido en varios países y sobrevivir al campo de concentración de Argelès-Sur-Mer”, afirma el pintor.
La huella de Picasso y su abuelo en la obra de Antonio Camaró
Los valores éticos y el compromiso social y de justicia de la pintura de Antonio Camaró es la herencia recibida por su abuelo, Antonio Camaró Chesa, que fue un pintor, dibujante y cartelista integrante de la generación de artistas de los año 30 cuya obra representa un firme compromiso político-social. Estuvo exiliado en varios países y se formó en la Escuela Superior de San Carlos. Fue un artista asiduo en la Sala Blava d’Acció d’Art donde mantuvo una estrecha relación profesional con Josep Renau. También fue un icono del movimiento intelectual antifascista y que le condujo al campo concentración Argelés-Sur-Mer.
Mantuvo una relación con Pablo Picasso, “fue quien pagó para que Josep Renau y mi abuelo, entre otros artistas y amigos de Picasso, salieran del campo de concentración. Tras su salida, se estableció en Lyon, Francia, siguiendo su obra contra la violencia, el nazismo y el totalitarismo”, señala el pintor.
“Esa herencia de valores humanos, de compromiso social y ético, ha sido la herencia de mi abuelo, gracias a la acción de Picasso. Él le salvó la vida y gracias a él, mi abuelo me transmitió mi vocación por la pintura, el dibujo y sus valores, que están patentes en mi obra, en especial en «El Homo Ethicus» y en “Jamás”, afirma Camaró.
“La Resistencia Mental” es una obra pictórica de varios cuadros que denuncia el aislamiento social contra “el actual populismo y extremismo ultra que condena al ser humano a la exclusión social, únicamente por su color, su origen, su condición de refugiado, exiliado o migrante”, afirma Camaró.
Aunque plásticamente Camaró mantiene el colorismo y figurismo de L’Homme Postmoderne, en su nueva etapa, el simbolismo de sus cuadros y dibujos adquiere una dimensión mayor siguiendo la línea plasmada en “El Homo Ethicus” y “Jamás”.
En “La Resistencia Mental”, Camaró rinde tributo a la figura y los valores que “combatieron mi abuelo paterno, Josep Renau o Picasso entre otros artistas e intelectuales. Si Picasso en el “Guernika” pinta un cuadro contra la guerra, en “La Resistencia Mental”, doy un paso más hacia el simbolismo figurativo que inicié con “El Homo Ethicus. De pintar una oda a la vida, ahora reivindico la resistencia mental como vía para encontrar sentido a la vida en el contexto social y cultural que vivimos en la actualidad”.
En la nueva obra, Camaró recoge el legado la libertad del ser humano frente a la barbarie de los totalitarismos, “a través de personas que padecieron la misma opresión que mi abuelo”.
El primer cuadro de “La Resistencia Mental” está dedicado a la figura de Viktor Frankl, que sobrevivió a varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachau. De hecho, su libro “El Hombre en busca de sentido”, “me ha servido de inspiración para dedicarle el primer cuadro de la serie, en el que el personaje simboliza la capacidad de resistencia de cualquier persona cuando encontramos un sentido a la vida, como el que tuvo mi abuelo, Viktor Frankl, Josep Renau y Picasso”.
0 comentarios